domingo, 12 de junio de 2011

"PERSONAS SIN HOGAR"


Solemos tener en nuestra mente la imagen de que las personas “sin hogar” son sucias, van mal vestidas, huelen muy mal y van arrastrando unos cartones medio rotos, agarrados a un "tetrabrick" de vino y que hablan en voz alta desvariando. Además, esta idea suele ser reforzada por los medios de comunicación, pues continuamente reflejan a estas personas como molestia para la comunidad o para decir que han cometido algún acto violento.


Pero en la realidad esto no es así, pues muchos suelen tener un techo en el sentido literal de la palabra pero les falta todo lo que supone vivir en un hogar verdadero. La ausencia de un hogar engloba aspectos como la vivienda, abandono familiar, de relaciones afectivas y sin recursos.
Asimismo, carecen de las mínimas condiciones en la vivienda que les permitan vivir con dignidad, el calor de una familia, el apoyo de un grupo de amigos...

Cada vez son más las personas que viven “sin hogar”, y más aun en la situación de crisis que estamos viviendo hoy.
 Según el Instituto Nacional de Estadística, en la encuesta publicada en diciembre de 2005 y siendo hasta el momento el único estudio realizado en España, muestra  que el perfil de este colectivo es:
  • el 83% son hombres, la edad media es de 38 años y sus ingresos son de 302 euros al mes.
  • el 37,5% llevan más de tres años sin alojamiento propio. La mitad busca trabajo.
  • el 14,2% practica la mendicidad
  • el 46% tienen hijos
  • el 30% son abstemios y nunca han consumido drogas
  • el 64.8% tienen estudios secundarios y el 13,3% estudios superiores
  • el 17.5% recibe prestaciones públicas
  • el 51,8% son españoles y el 48,2% son extranjeros.
Podemos decir por tanto, que a pesar de que nos resulta una circunstancia externa a  nosotros, todo el mundo puede verse implicado en esta situación. (Hombres/mujeres adultos/as separados/as o divorciados, hombres jóvenes con problemas familiares, mayor nivel educativo y cultural etc.).
Las causas del porque se llega a esa situación es multidimensional y no existen en un principio ningún motivo que haga que la persona sea excluida socialmente, pero si  hay algunas circunstancias que se unen y le hacen vivir un desequilibrio personal. Por ejemplo, un hombre con poca formación que se queda sin trabajo y viudo,  una mujer con una enfermedad mental y sin familia, un joven con problemas de adicción a quien han desahuciado etc.

Además, es un proceso dinámico, una persona no acaba en la calle de un día para otro, sino que su situación se deteriorando poco a poco.

Las consecuencias más duras que viven estas personas son la soledad, la desconexión social y afectiva y la marginación. Ante esto, muchas instituciones, asociaciones etc. han buscado una solución.

Para ello se crean, albergues, comedores o servicios sanitarios, pero son insuficientes la atención y los recursos que se les ofrece a estas personas, incluso están en mal estado. Siendo muy difícil su reinserción, ya que muchas veces se crean para que la ciudad no se vea “fea” con las personas viviendo en la calle.

Desde Madrid, Sevilla, Granada y Murcia, se intenta cubrir este déficit de servicios prestados por el Estado. Pues realizan un trabajo de calle, para  que estas personas no sean solo alimentadas, aseadas etc. sino que al mismo tiempo que se les ofrece este servicio conversan con ellos. Para empezar a descubrir el porqué han acabado en esa situación e intervenir con ellos, con el fin de que se integren en la sociedad.
Es importante indicar, por tanto que la creación de estos espacios vitales desempeñamos un papel fundamental todos los ciudadanos. No solo es responsabilidad de las instituciones públicas o privadas sino de todos.


Así, vemos necesario que no solo es importante intervenir con estas personas también con el resto de la población, para concienciarlos de su realidad. Haciéndoles ver que si están ahí es por una causa, por lo que el ritmo de aprendizaje, no es el mismo que el de cualquier persona. Y que si llevan muchos años viviendo en la calle no es fácil recuperarse en un mes, viéndose por ello necesario fomentar la empatía para que puedan ver la verdadera realidad que viven las personas “sin hogar”.
Por último, debemos saber que aunque existe una gran cantidad de personas con dificultad de reintegrarse. Hay centros que si son eficaces como el que se muestra en el siguiente video.


Este servicio es ofrecido por Caritas, e intenta que las personas se integren en la sociedad, mejorando su convivencia con las otras personas (respeto, responsabilidades…). Así también, les ayuda a encontrar un trabajo,  a mejorar sus habilidades sociales, etc.
En este lugar, unas cuarentas  personas salen de la marginalidad cada año.

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