Influencia de la familia en el desarrollo de pautas de conducta
Como hemos visto a lo largo de la carrera y de nuestra vida, la familia es el agente de socialización y de integración en la comunidad más importante. Porque en ella, se crean los modos de comportamiento y de rol de las personas que conviven en el ámbito familiar.
En relación a ello, he titulado esta entrada “una cadena en la lucha de cortar”, ya que en la familia, se suelen desarrollar los comportamiento y los roles de manera similar a los antecedentes: a sus padres, abuelos etc. de ahí la creación de las frases populares: “de tal palo tal astilla”, “dime con quién andas y te diré quién eres”…
Estos comportamientos, aprendidos en las familias pueden ser adecuados, pero también se pueden crear de manera inadecuada y llevar consigo una disfunción de sus roles. Es decir, si una familia marginada no es objeto de una intervención eficaz, da lugar a sucesivas generaciones de personas desadaptadas y a la reproducción de conductas y comportamientos inadecuados en la mayoría de los casos.
Por todo esto, los Educadores Sociales y los Trabajadores Sociales, tenemos un papel muy importante de actuación con la familia. Para que esta cadena se corte y no siga creciendo de forma inadecuada.
Antonio José bellido Alonso y Esther Villegas, hacen una división de familia, que es importante tener en cuenta a la hora de intervenir:
“Familias plásticas: son aquellas que han ido amoldándose a las distintas situaciones de cambio que han debido afrontar a causa de problemas o crisis que las han llevado a adoptar algún tipo de conducta desadaptada”
“Familias rígidas: más estáticas y estereotipadas, que han ido heredando conductas inadecuadas y las han interiorizado y hecho propias, sin ningún tipo de cuestionamiento. Todos los miembros de esas familias tienen unos comportamientos similares y unas pautas de acción prácticamente idénticas, por lo que es muy difícil que un miembro pueda salir de una situación-problema sin un apoyo especial exterior.”
